
En Semillas, Martha Hincapié Charry activó el paisaje de Xochimilco a través del movimiento, el ritmo y la resonancia. Su instalación performativa utilizó prendas cargadas de semillas para componer una coreografía sonora que refleja los flujos invisibles del agua. Arraigados en la escucha ancestral y en la política del territorio, sus gestos —junto con los de los artistas Luis Beto Ortega y Ernesto Peart Falcón— nos recuerdan que el cuerpo es a la vez un archivo y un conducto, portador de memoria, fertilidad y resistencia. La actuación, creada en colaboración con artesanos y ecologistas locales, resitúa la danza como un ritual de reconexión con el ecosistema.