
Originario de Xochimilco, Víctor Federico Contreras creó una instalación-collage compuesta de materiales cotidianos, historias recopiladas y pigmentos comestibles. Su obra recupera el lenguaje visual de la vida comunitaria —puestos de mercado, barcos de flores, murales— y lo transforma en un mapa táctil de la memoria del territorio. Víctor suele impartir talleres de pintura china con tintes naturales de Xochimilco, invitando a los participantes a imaginar la tierra como lienzo y archivo. Su colaboración fundamenta la residencia en el conocimiento local encarnado.

Originario de Xochimilco, Víctor Federico Contreras creó una instalación de collages compuesta de materiales cotidianos, historias recopiladas y pigmentos comestibles. Su pieza recupera el lenguaje visual de la vida comunitaria (puestos de mercado, botes con flores, murales) y lo convierte en un mapa de memoria táctil del territorio. Víctor dirige con frecuencia talleres de pintura de chinampera con tintes naturales de Xochimilco, e invita a los participantes a reimaginar la tierra como lienzo y archivo. Su colaboración basa la residencia en el conocimiento local encarnado.
